La Alianza contra la Desigualdad está construyendo un movimiento mundial para contrarrestar la concentración excesiva de poder y riqueza en manos de una pequeña élite y alcanzar un mundo justo, equitativo y sostenible.

La Alianza se construye a partir del trabajo que han desarrollado comunidades afectadas, activistas y movimientos sociales, y responde a las realidades locales de las desigualdades que viven los pueblos y las comunidades. La Alianza se orienta a la acción y lucha por un cambio estructural. Creemos que la lucha contra la desigualdad se ganará incrementando el poder colectivo de las personas para desafiar al neoliberalismo, colonialismo,  patriarcado y racismo, para cambiar el status quo. La base de la Alianza global son las alianzas nacionales, agentes clave del cambio apoyados por la solidaridad y la acción regional e internacional.

Dado que la Alianza está creciendo rápidamente y entrando en una fase de mayores posibilidades, debemos ser más explícitos sobre cómo nos organizamos colectivamente. Por ello hemos enunciado nuestra visión para el cambio en una declaración global y en visiones nacionales y regionales y hemos planteado demandas a gobiernos e instituciones internacionales.

Sin embargo, como alianza amplia cuya membresía incluye a personas con una gran diversidad de prácticas y enfoques políticos desde los movimientos sociales, grupos comunitarios, grupos por la defensa de los derechos de las mujeres, grupos defensores del medio ambiente, grupos por los derechos humanos, sindicatos, ONGs, así como artistas y activistas independientes, es necesario acordar como Alianza algunos principios colectivos.

Estos principios son globales y aplican para todas y todos, pero pueden ser complementados a nivel nacional si fuera necesario. Todas o todos aquellos que deseen unirse a la Alianza contra la Desigualdad deben compartir y respetar los siguientes principios y valores que guían nuestro trabajo colectivo como movimiento.

  1. Asegurar que todos los espacios de la Alianza sean seguros, inclusivos y respetuosos para todos y todas, independientemente de raza, género, identidad sexual, clase, casta, discapacidad, etnia o ubicación geográfica.
  2. Construir colectivamente un movimiento de lucha contra la desigualdad que involucre a una amplia diversidad de organizaciones e individuos.

  3. Aplicar un enfoque feminista e interseccional en la organización y la construcción de nuestro movimiento.

  4. Actuar en solidaridad y en comunidad con las alianzas nacionales y regionales, y trabajar en conjunto a nivel global en nuestra agenda común.

  5. Privilegiar el liderazgo de quienes se encuentran en la primera línea de la desigualdad –mujeres, jóvenes y movimientos sociales– para la construcción de nuestro movimiento.

  6. Tomar decisiones basadas en el consenso en los niveles nacional, regional y global, con consultas amplias con los miembros. 

  7. Las y los aliados y las y los miembros (sean individuos, grupos o estructuras descentralizadas como las alianzas sub-nacionales dentro de un país) aceptan no usar el nombre ni la identidad colectiva de la Alianza contra la Desigualdad cuando su postura o estrategias no sean parte de un acuerdo colectivo (sea en los niveles nacional, regional o global). La claridad y los acuerdos, cuando sean necesarios, serán buscados en primera instancia con el grupo directivo.

  8. Aplicar un enfoque de no violencia.

En la organización colectiva de este movimiento nos comprometemos a dedicar nuestra energía, pasión y entrega en la lucha contra la desigualdad. Nuestro compromiso y determinación son esenciales para esta lucha.

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